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No voy a decir nada nuevo, únicamente, añadiré un ejemplo sobre la idea que da título a esta publicación... Y es que cuando creemos que estamos aprendiendo algo muy específico, si realmente estamos implicados en el proceso, en realidad estaremos aprendiendo muchas cosas más de forma contingente... Y cada una de esas otras cosas aprendidas nos llevará a otras tantas.
Esto es algo de lo que he tomado mayor consciencia, con evidencias absolutamente sólidas, desde que me inicié en el mundo del Software Libre, por allá, en el año 1999, cuando fui invitado a colaborar en un proyecto universitario para desarrollar actividades educativas multimedia con el programa Clic 2.0, de lo que se derivó, a los pocos meses, que comenzara a probar otros software libres de la época e instalara mi primera distribución de GNU/Linux con el sinfin de cosas nuevas aprendidas que eso trajo.
Me saltaré un montón de otros ejemplos de mi historia personal, que ya he compartido por otros medios, enfocándome en el más actual: Mi incursión en el protocolo Gemini.
Con un blog que va documentando la experiencia de un "pequeño colectivo" (son dos hasta donde entiendo 😅) de artistas, a bordo de un barco de vela que navega aguas profundas. Han ido modelando un sistema de recursos tecnológicos para realizar registros, aprovechar software abandonado, reutilizar hardware antiguo y publicar sus travesías, sobrellevando las limitaciones que en materia de energía y conectividad se les presentan en esas condiciones y proponiendo soluciones ecológicas al respecto.
Me pareció fascinante lo que están consiguiendo, porque sacar el máximo provecho de los recursos disponibles ha sido siempre el tipo de rompecabezas que más disfruto resolver.
Tienen su cápsula en Gemini (en aquél tiempo, acababa de salir del horno) como la solución idónea para documentar y publicar sus aventuras, ya que su sencillez le hace muy ligero y ello se traduce en ahorro de energía, menor requerimiento de ancho de banda y de potencia del dispositivo para escribir y publicar.
Gemini entró en mi vida a través de un blog que parecía sacado de la mente de Julio Verne, pero que es, más bien, un "reality-log".
Gemini no es más que el pretexto de este ejemplo, esto ocurrirá casi con cualquier cosa que despierte un profundo interés.
Ya con el dominio welhaba.mx contratado, quise dar el siguiente paso en el proyecto, habilitando, como subdominio, una cápsula de Gemini. Estos fueron los pasos que seguí y cómo, en cada uno, se fueron dando aprendizaje concomitantes:
1) Buscar un tutorial para crear una cápsula de Gemini.
2) Leer acerca de los distintos servidores de Gemini para elegir uno adecuado a mis capacidades/necesidades/deseos. Aprendizaje inesperado: hay varios servidores de este protocolo, el más sencillo de todos es Agate.
3) Configurar el DNS de mi dominio contratado. El tutorial (tres de tres consultados, de hecho) lo explicaba orientado a un VPS (Virtual Private Server) y yo lo que quería era tener el servidor de Gemini en una máquina física ubicada en casa. Aprendizaje inesperado (por experimentación): configurar el subdominio guie.welhaba.mx para apuntar a la laptop donde instalé el servidor Agate.
4) Crear el contenido. En este punto, surgieron varios aprendizajes inesperados:
Gemini tiene su propia sintaxis que es un recorte de MarkDown, las "limitaciones" de dicha sintaxis son las que garantizan un espacio ligero y tranquilo de navegar (sin elementos invasivos como publicidad o rastreo).
Dada la limitación previa, para dar un poco de estilo a mi cápsula, comencé a recurrir al ASCII art, surgiendo el problema de que al pegarlo usando Nano de forma remota, quedaba desajustado y hasta se mezclaba con el contenido existente. Probé a hacer lo mismo usando el editor Vi y funcionó bien. Aprendizaje inesperado: retomar Vi (lo único que recordaba era cómo cambar entre modo ver/editar y cómo salir).
Cuando quise hacer ediciones desde mi teléfono, conectado al servidor mediante ConnectBot/SSH, El editor Vi se comportaba de forma extraña, haciendo muy difícil todo. Luego de varias pruebas y consultas, concluí que el problema radica en ConnectBot, así que, por sugerencia de Custard! (@flan@panko.itzti.li en Mastodon) comencé a usar Termius muy bonito y práctico, pero no libre, aunque Vi sí funciona correctamente lo que me llevó a explorar Termux, menos bonito y menos intuitivo, pero libre, también funciona Vi y tiene mucho más potencial de personalización.
5) Habilitar la posibilidad de que las visitas dejen comentarios. Implementé el mecanismo de @sl1200@nixnet.social (Mastodon) que, con mucha astucia, le da la vuelta a las limitaciones del servidor Agate. Aprendizajes inesperados: mejor entendimiento del comando "sed" y de las posibilidades que brinda "journalctl" si se sabe usar de forma creativa.
No es difícil deducir que cada aprendizaje inesperado está derivando en otros tantos y, además, está provocando que en mi mente se detonen nuevos proyectos.
Decir que el aprendizaje es exponencial, queda muy formal pero también veo que se queda corto... Para mí, el aprendizaje, cuando ocurre por interés genuino, es una chispa en una red de chimeneas.
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