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Si pensás probar GNOME, leé esto


Publicado 2020-12-12


Nota: En esta entrada voy a hablar de GNOME sin extensiones. Varias distribuciones, como Ubuntu por ejemplo, distribuyen GNOME con varias extensiones. Fijate que la tuya no haga lo mismo si vas a probar GNOME.


GNOME no usa la metáfora tradicional de escritorio que viene usando Windows desde el '95, tiene una filosofía distinta. Si no estas dispuesto a cambiar un poco como usas tu máquina, entonces yo no te recomendaría GNOME—tal y como tampoco te recomendaría usar vim o Emacs si no estas dispuesto a re-aprenderte varios atajos.


Pero, si decidís darle una chance a GNOME, te puedo ayudar explicándote un par de las ideas básicas del workflow, para que puedas agarrarle la mano más rápido y, eventualmente, capaz le puedas encontrar mérito a sus ideas.


Repartí tus ventanas en escritorios


El concepto clave de GNOME es usar escritorios—uno para tu navegador, otro para tus PDF de álgebra y calculadora, otro para tus terminales y editor de texto, etc. La idea es que vayas haciendo y deshaciendo escritorios en los que pones aplicaciones más o menos relacionadas. Así vas a tener todas tus ventanas siempre a la vista y compartimentalizadas para acceso rápido.


A medida que te vas acostumbrando a usar los escritorios, capaz te vayas dando cuenta que minimizar o esconder ventanas en el tray, o tener una barra de tareas donde figuren todas, eran cosas no tan indispensables. Puede ser que te empiece a ser más cómodo moverte a otro escritorio cuando te quedas sin lugar, en vez de pasártela escondiendo o toqueteando los tamaños y posiciones de las ventanas para hacer lugar en la pantalla—en especial si te avivás que tener iconos en el escritorio cumple poco más que abrir el explorador de archivos y listo, lo que te saca otra razón para estar toqueteando ventanas, al no necesitar hacer espacio para ver el iconos de escritorio.[1]


Tené siempre una mano en el teclado


Es fácil pensar que los botones y otros elementos de GNOME son grandes por un tema de accesibilidad o para dispositivos touch (aunque me parece muy bizarra esta critica teniendo en cuenta que GNOME no corre ni en tablets ni teléfonos), pero en realidad no es así. Los botones son como son para que puedas ser menos preciso con el mouse, ya que generalmente vas a estar con las manos en el teclado, aprovechando los excelentes atajos que tienen el shell[2] y las aplicaciones de GNOME—que no están por mera accesibilidad sino para agilizar tu workflow con funciones útiles, sin dejar de ser descubribles y consistentes.


Acá listo algunos de los que me parecen más útiles:


Super+RePág y Super+AvPág, Alt+Esc y Alt+Tab, etc. para moverse entre escritorios y dentro de ellos.

Alt+Izquierda, Alt+Derecha, etc. para navegar las vistas dentro de aplicaciones.

ImpPt, Shift+ImpPt y Alt+ImpPt para hacer distintos tipos de captura de pantalla (pantalla entera, ventana, recorte). También podes agregarles Ctrl para que copiar la captura al portapapeles.

Abrir aplicaciones con Super, tipear parte del nombre de la aplicación, y Enter.


Seguro vas a ir agarrando muchos más a medida que chusmeés las solapas de atajos en las aplicaciones (o la sección de atajos de los ajustes para los del shell en sí).


Conclusión


Me parece que no es tan difícil de adaptarse al paradigma de GNOME, es un tema no encapricharse con haga lo que hace Windows e ir reconociendo las ideas del diseño que se hacen bastante intuitivas a medida que usas el DE.


Para mi vale la pena GNOME, y ojala vos también le encuentres utilidad. Suerte!


Notas al pie


[1]: Estas redundancias pueden terminar siendo bastante confusas, en especial para gente menos culta con las computadoras. ¿Alguna vez viste a la mamá de mi novia usar su máquina? Ella no entiende que el escritorio es vista alternativa de la carpeta en C:/Users/Suegra/Desktop/, se manda mails a sí misma con sus archivos importantes para no perderlos en quilombo de accesos directos redundantes que es Windows. Ni hablar de que se imagine por qu carajo cerrar una aplicación en realidad no la cierra, sino que la esconde atrás de una flechita chiquita en la barra de tareas.


[2]: Si bien excelentes la mayoría, hay algunos que cambiaría: como intercambiar Alt+Tab con Alt+Esc, siendo Alt+Tab más fácil de apretar y la función por defecto de Alt+Esc más útil; y también asignarle Super+1, Super+2, Super+3... a los atajos numerados de cambiar de escritorio, para poder moverte con una sola mano. Estos últimos normalmente no los podes asignar porque te los pisan unos atajos ocultos de GNOME, pero los podes forzar así:


for i in {1..9}; do KEY=\'"=> Super$i"\' && gsettings set "org.gnome.desktop.wm.keybindings" "switch-to-workspace-$i" "[$KEY]"; done

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