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Andadura con generadores de sitios web estáticos


Llevo unos días haciendo experimentos con generadores de sitios web estáticos. Es mi experimento geek de este verano.


Introducción


Este blog va a cumplir diez años, y el Adrián de hoy no es el mismo de hace diez años. Es más: mi vida y mi forma de pensar han cambiado muchísimo desde entonces. Por este motivo se me ha metido en la cabeza hacer un “reinicio” de este blog y, para ello, se me ocurrió probar algún generador de sitios web estáticos.


Para los no iniciados en el asunto (aún memos que yo, digo), ahora mismo estoy usando un sistema de blogs que requiere una base de datos, y eso genera tanto problemas de seguridad como ciertas complicaciones. Un sitio web estático se compone únicamente de archivos HTML, sin necesidad de base de datos. Se genera el sitio web, se sube y listos.


(Si algún entendido puede darme una explicación sencilla pero más precisa, se lo agradeceré.)


Los sistemas


He probado Publii, Hugo, Grav y Pelican y he leído sobre Jekyll. Diría que tengo una idea muy general pero suficiente suficiente sobre el asunto.


Publii me lo crucé en el blog de

Murteza Yesil

y se caracteriza por ser una aplicación local (escrita en Electron) con panel de administración. Es muy sencillo de instalar y de usar, pero esa sencillez se traduce en demasiadas limitaciones para mis necesidades: no tiene categorías, no tiene búsquedas, apenas ofrece temas diferentes al que trae por defecto...


Pelican es un pasito más. Se maneja con línea de comandos y las páginas creadas se añaden directamente al inicio del sitio web. Por lo poco que lo he usado, me parece más orientado a blogs que los siguientes, pero en cuanto me he puesto a indagar en su configuración me he encontrado con un infierno de instrucciones para personalizarlo míniammente.


Hugo es muy conocido y fue de las primeras opciones que probé. Siguiendo su guía de inicio rápido pude crear una web de prueba y el contenido se añadía rápidamente a la página de inicio, pero me encontré con el mismo problema que con Pelican: las opciones de personalización son laberínticas para un lego en la materia como yo.


Grav fue una solución que me propusieron en Mastodon (gracias, Sr. Rojo) porque ofrece un panel de administración. Sin embargo, a poco que toqué las opciones para instalar un tema, fui incapaz de crear una estructura de blogs. Eso sí: tiene plugins para añadir búsqueda, RSS e incluso para crear un pódcast.


Dados mi tiempo, ganas, necesidades y habilidades, mis conclusiones son las siguientes: o bien están demasiado limitados (Publii), o son demasiado complejos y es matar moscas a cañonazos (los otros tres), o no ofrecen un panel de administración que necesito porque no tengo las habilidades divinas de un administrador de sistemas (Hugo, Pelican).


Lo que tienen en común Pelican, Hugo y Grav (doy por hecho que también otros sistemas como Jekyll) es que para hacer algo medio complejo requieren tocar archivos de configuración y entender, mínimamente, las "entrañas" del sistema. Características que vienen por defecto WordPress, como un buscador de entradas, requieren un buen rato para implementarlos.


Además, dada su naturaleza, en todas se pierde la opción de programar entradas. A no ser, de nuevo, que programemos a mano la tarea para que se actualice automáticamente, lo cual tampoco está a mi alcance.


Otras opciones


Algunos conocidos me han dicho que por qué no hago uso de Bearblog.dev o Mataroa.blog (servicios que ofrecen blogs muy parecidos a los que se pueden generar con estos sistemas), y yo he visto que estos sistemas se llevan muy bien con Git (se usa mucho en los “pages” de los repositorios de código).


Aunque Bearblog parece muy versátil y Mataroa incluso ofrece comentarios, mi respuesta es clara: después de diez años con mi propio servidor, no quiero hospedar mi blog principal en otro lugar. Sin más.


Por otro lado, hace un tiempo conté que estoy

enamorado de Gemini,

ese protocolo alternativo a la gran web. Ya me he cruzado con varias personas que lo usan como su único lugar para publicar en la red.


Sin embargo, por más que me guste Gemini, está muy limitado para mis necesidades. Yo quiero un blog como el que ofrece WordPress, con su buscador de entradas y posibilidad de dejar comentarios. Gemini no ofrece nada de eso. A esto se suma que su sintaxis es demasiado sencilla (ni siquiera ofrece negritas) y montar un servidor con un proxy para que esté accesible con cualquier navegador tampoco parece sencillo.


Uso Gemini con Flounder.online e insisto, me encanta, pero como lugar secundario. No me parece la mejor opción para mi sitio principal en la red.


Conclusiones


El verano pasado me dio por

trastear con distribuciones GNU/Linux en mi iMac

y por

probar aplicaciones Android libres.

Este año me ha dado por experimentar con este tipo de sistemas y, aunque finalmente ninguna me convenza, me parece fantástico que existan estas opciones para quien les guste.


Tan solo ocurre lo siguiente: dados mis conocimientos y mis circunstancias actuales, me reclaman un tiempo y unas ganas que, simplemente, no tengo.


Yo quiero un blog como los que ofrece WordPress, con opción de buscar entradas, dejar comentarios, acceso a un feed RSS y programar publicaciones, algo para mí muy simple en concepto pero que requiere un buen rato para configurarlo en varios de estos sistemas, sin entrar siquiera en la personalización de la plantilla.


Tienen una filosofía con la que no me siento cómodo, sin más.


Me voy a quedar con mi confiable ClassicPress, que es WordPress cuando aún se parecía a un sistema de blogs y no al esperpento que es ahora. Para llevar a cabo ese “reinicio” (si es que finalmente lo hago, que me conozco) buscaré alguna forma de mover o archivar el contenido que tengo ahora para que no se pierda y así empezar de cero. Seguro que me resultará más sencillo que lidiar con estos sistemas.

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